jueves, 25 de octubre de 2012

Capitulo 4: Liberar a los pichones (Parte 1)

Sonó el despertador, cuarenta y cinco minutos antes de lo habitual. Sindulfo miró hacia la cama de Toropichón, pero éste ya estaba frente al tocador. Tenía la mirada perdida en el suelo. Estaba doblando un pañuelo azul jaspeado con motivos taurinos, para ponerlo alrededor de la cabeza, sujeto por un nudo mariposa apretado con ambas manos a la parte trasera. Esta mañana se había puesto un maquillaje tétrico más acorde para una fiesta gótica, que para ir a catar las vacas. A Sindulfo le daba miedo mirarle a los ojos, y eso que parecía un oso panda. Ni siquiera intercambiaron una palabra. Ambos sabían lo delicado del asunto que se traían entre manos. Recogieron cuatro cosas de primera necesidad, tales como ropa de abrigo, dinero que habían juntado, una pequeña "yurta mongol" para tres personas y la documentación personal.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Capitulo 3: Tragedia en el Convento (Parte 2)

Estaban tranquilos, la comida que habían sisado a Zacarías no era para ellos, eso les hubiese supuesto incurrir en el tercer pecado capital y la penitencia era dura.
De todas formas no estaban del todo seguros de si alguien les había visto sacando el cochinillo asado por la puerta del almacén. No había sido complicado ya que después del desayuno cada monje se retira a su celda para la sesión de meditación. Toropichón había entretenido a Zacarías interesándose por la forma de preparar un puré de verduras.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Capitulo 3: Tragedia en el Convento (Parte 1)

Qué bien, comienza otro bonito día. Era un placer despertar con el canto de los pájaros revoloteando en el limonero del patio. Una suave brisa en la cara hace que Sindulfo empiece la mañana con una sonrisa. Se queda contemplando cómo la brisa hace ondear la camisola que está colgada en la percha. En el suelo, un rayo de sol divide la habitación en dos partes de forma geométricamente perfectas. La que pertenece a Sindulfo, que ahora se ha visto reducida desde la llegada de su nuevo compañero, pulcra y ordenada; mientras, la de Toropichón está hecha una pocilga, debe ser el único que en vez de bajar la basura, la sube; por no hablar de su higiene personal que deja mucho que desear. En más de una ocasión Sindulfo juró mandarlo a dormir con los puercos. No notaría la diferencia. Sindulfo acostumbraba a quedarse un rato más en la cama revisando mentalmente las tareas que tenía para el día y luego se levantaba, siempre antes que su compañero.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Capitulo 2: "Living" Marruecos (Parte 2)

La hora de cierre se estaba acercando. Algunos de los comerciantes ya estaban desmontando sus tenderetes mientras que Giussepe seguía negociando con una de esas clientas que siempre llegan a la hora de cerrar y oye, no falla, día que tienes prisa, día que te llega una pelma de estas. Pulguini iba recogiendo las bobinas de tela para ir ahorrando tiempo según su tío las iba quitando del mostrador para que la señora terminase de decidirse. No quería perder ni un minuto, ni llegar tarde a su cita con la "Perruquera". Después de siete bobinas enrolladas, precintadas y apiladas en el carro para llevarlas de vuelta al almacén, le dio un retortijón cuando escuchó:

lunes, 6 de agosto de 2012

Capitulo 2. "Living" Marruecos (Parte 1)

- Oiiiiga Señora, si quiere verse delgada, ¡Compre tela plisada!. Si quiere parecer elegante, ¡Lleve esta peluca brillante! - Gritaba una y otra vez Giussepe Garufa con esa voz aguda pero potente que Dios le había dado; le había contado por lo menos trescientas mil repeticiones desde que habían desembarcado en Marruecos, hacía ya un par de años.
- Venga señora, que la que sabe se aprovecha. Dos por uno, con derecho a revolver.- Esas eran otras de sus frases. Alternaba de una a otra según se iba cansando o cuando veía algún grupo de turistas que se adentraba en el Zoco.

viernes, 27 de julio de 2012

Capítulo 1. La vida en el Convento (Parte 2)

El momento había llegado, Toropichón estaba ansioso de conocer al que sería su guía en las rutinas del Convento. En parte estaba tranquilo, aunque siempre le había costado relacionarse con la gente. Era una persona solitaria en un mundo en el que las relaciones personales eran muy importantes. Su peculiar aspecto echaba para atrás a muchos y le prejuzgaban antes de tan siquiera darle la oportunidad de darse a conocer. Pero eso le daba igual, era feliz. Ahora por suerte o por desgracia todo iba a cambiar y su tío agregado, Senén, era el responsable.

lunes, 23 de julio de 2012

Capítulo 1. La vida en el Convento (Parte 1)

La primavera había llegado, después de un largo y frío invierno era toda una alegría. Primero había sido anunciada por el retorno del canto del cuco, y luego confirmada con el trisar de las golondrinas y su revoloteo eléctrico entrando y saliendo de los nidos construidos en los aleros del claustro. Para Sindulfo era su primera primavera, por lo menos la primera que iba a recordar, ya que aunque había vivido otras, su escasa edad no le permitía tener conciencia de ellas. Era su segundo año en el Convento, estaba contento, pero seguía sintiendo añoranza por su familia y de vez en cuando todavía necesitaba la gastada foto de sus padres para poder conciliar el sueño.